sábado, 15 de noviembre de 2014

Acciones mediante el juego para calmar a nuestros pequeños...

Siempre pensamos que la infancia es la edad más feliz de la vida, una etapa que se asocia a ideas como la alegría, la armonía, el bienestar, el cuidado y la preocupación continua en torno a un niño.
Pero, los niños también pueden tener malos días; sentirse decaídos emocionalmente por algo que pasa en su vida y que no son capaces de comprender o manejar.

En ocasiones como esas el sitio The Pennington Point recomienda algunas acciones para hacerle ver que aunque no se pueda evitar el problema, hay que encararlo de la mejor manera y tranquilos.

  •  Respira profundo. Pero de veras profundo. Después pequeñas respiraciones: respira mientras tú y el niño lleva sus manos por encima de la cabeza, expiren lentamente mientras bajan los brazos lentamente. Algunas pocas repeticiones y después de vuelta a las actividades habituales.
  • Salten. Que el niño deje lo que esté haciendo y dé 20 saltos. Esto es especialmente bueno cuando parecen tener energía de sobra y nada en qué ocuparla.
  • El juego de los colores. Con un día despejado o soleado puedes salir con los niños, llevando contigo papeles de colores que pegues en diversos lugares: un árbol, una banca, el parabrisas de un coche, etc. Una vez montado este escenario, sitúate en un punto más o menos central, desde donde puedas ver todos los colores y, cuando todos estén listos, grita alguno de estos. ¡Rojo!, por ejemplo, y que el niños (o niños) salgan corriendo para traerte el papel. Puedes variar este juego combinando el nombre del niño con un color específico, para también hacer que todos participen y sea este un juego más que una competencia.
  • Jueguen un juego. Puede ser uno de mesa o uno simple que no requiera más que el cuerpo, una hoja de papel y un lápiz, un par de dados, etc. A veces lo único que los niños quieren es un poco más de atención.
  • Música. En la antigüedad se creía que la música domaba a las fieras, y aunque el niño está lejos de esta comparación, no son pocos los estudios que señalan el efecto tranquilizador y relajante que algunas tonadas tienen sobre nuestro pensamiento, nuestras emociones y aun sensaciones físicas como el dolor. Elige el ritmo de acuerdo al temperamento del niño (niños).
  • Un baño. No uno habitual, sino uno relajante, uno que le permita jugar en el agua.
  • Lean un libro. Preferentemente una lectura dinámica, fingiendo voces y haciendo ademanes atractivos, personificando lo que el libro indica, incorporando el entorno para simular el escenario.
  •  Juega a los animales. Pídele al niño que actúe como el animal que le digas.

  • La cámara lenta. Que todo se mueva lentamente. Que te sigan por todos lados como si todo pasara en cámara lenta. Puede que uno de los niños haga de líder para que los demás imiten sus acciones.

    Estas son pequeñas acciones que podemos hacer juntos, y demostrarles que frente a un problema o un día feo, siempre tendrán un apoyo para enfrentarlo, pasarlo de la mejor manera posible y seguir el camino.

extraído de http://www.mamanatural.com.mx/2012/07/20-maneras-de-calmar-a-tu-hijo-dia-dificil/

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